13 novembre 2005

Gaston Georgel, Definicion de los ultimos tiempos segun la doctrina tradicional de los ciclos cosmicos, (extracto)

Antes que nada, conviene precisar aquí lo que hay que entender por el término "Los Ultimos Tiempos”, y situar por tanto estos "Ultimos Tiempos" en el desarrollo providencial de la historia del Mundo.

De hecho, los "Ultimos Tiempos" actuales deben clausurar el gran ciclo cósmico de 64.800 años que los Hindúes denominan "Manvantara", o Era de Manú; más exactamente, el Manvantara representa el ciclo de una humanidad de la cual el Manú es el regente. Además se dice que nuestro Manvantara no es el primero, sino el séptimo del Kalpa, o ciclo de un Mundo, y se añade que será seguido de los siete Manvantaras futuros. Consiguientemente, el próximo "Fin de los Tiempos", corresponde exactamente al Centro temporal del Kalpa todo entero puesto que se sitúa, por una parte, a: 7x 64.800 años=453.600 años de su origen y, por otro lado, a: 7x 64.800 años de su final. De donde esta primera conclusión: ¡que el verdadero "Fin del Mundo" no es para mañana! Y la segunda sería que la expresión "Ultimos Tiempos" significa: los últimos tiempos del Manvantara, bien entendido que la duración de estos "Ultimos Tiempos" varía según las diferentes tradiciones, como se verá en su momento; pero antes, hay que responder a la objeción inevitable que se presenta aquí, a saber que los sabios modernos atribuyen a nuestro mundo una edad fabulosa, pudiendo cifrarse por millardos de años, en lugar de los 453.600 años que nos propone la doctrina de los ciclos. Esta discordancia se explica sin embargo muy bien si, como he mostrado en otro lugar, se tiene en cuenta el hecho de que para los Antiguos el tiempo era cíclico (o circular), mientras que, para los sabios modernos, el tiempo sería rectilíneo. Partiendo de ahí se puede establecer una relación matemática que permite pasar de la cronología cíclica tradicional a la cronología rectilínea moderna, y viceversa: así queda desechada la objeción precedente. Pero, en este mismo dominio, a saber, la duración del mundo, se encuentran aún otras opiniones que es preciso señalar. Es así, por ejemplo, cómo ciertos exégetas nos proponen una interpretación literal de la Biblia lo que les lleva a creer esto, sobre lo que es inevitable sonreír: "Según la cronología bíblica, cronología digna de confianza, ¡Adán y Eva fueron creados el año 4026 antes de nuestra era!" ("Despertad", 8-4-1969). Otros, por contra, toman muy en serio las cifras fantásticas de la tradición hindú, pero René Guénon ha mostrado que los innumerables ceros que en ella aparecen no tenían probablemente otro fin que extraviar a los curiosos. Por añadidura, no hay en nuestro mundo del tiempo y del espacio, otro ciclo mayor que el Kalpa, cuya duración global (comprendidos los siete Manvantaras futuros) sería en total de: 2 x 453.600 = 907.200 años. Los otros períodos más vastos que son considerados en la tradición hindú deben entenderse en un sentido puramente simbólico, y no literal.

Hechas estas observaciones, hemos de volver al problema de la duración de los "Ultimos Tiempos" en las diferentes tradiciones.

Según la tradición hindú, el Manvantara, o ciclo de una humanidad, se divide, sea en cinco Grandes Años de 12.960 años cada uno, sea también en cuatro Edades de duración decreciente (que son proporcionales a los números 4, 3, 2 y 1, cuyo total vale 10) y que corresponden a las cuatro edades tradicionales de la tradición latina: Edad de Oro, Edad de Plata, Edad de Bronce y Edad de Hierro. En cierto sentido, es pues esta última Edad de la actual Humanidad, la Edad de Hierro de Ovidio y de Virgilio, que los Hindúes denominan el Kali-Yuga (o Edad sombría), la que representaría el conjunto de los "Ultimos Tiempos", en la Biblia es el episodio de la confusión de lenguas el que marca el principio de éstos, mientras que el Diluvio corresponde a la travesía cataclísmica entre el cuarto y el quinto y actual Gran Año.

Tal es pues la duración más larga que se puede considerar para los "Ultimos Tiempos", a saber, la de la Edad de sombra que es de 6.480 años. Pero la tradición griega, de la que informa Hesíodo en Los Trabajos y los Días, subdivide esta última Edad en dos "Razas": primero, la "Raza de los Héroes" (que pereció sobre los muros de Troya), después la "Raza de Hierro" que habría comenzado hacia el año 1100 antes de nuestra era.

¿Se trata de la tradición judía? Entonces es al profeta Daniel al que hay que consultar: él nos ha dado, en efecto, acerca de la estatua de pies de arcilla vista en sueños por el rey Nabucodonosor, una buena descripción -simbólica evidentemente- de los "Ultimos Tiempos". Reaparece en este texto la sucesión de las cuatro Edades de los Antiguos, y yo he mostrado (La Era futura y el Movimiento de la Historia) que las proporciones de las duraciones eran las mismas, pero en sentido inverso, que las de las cuatro partes de la estatua. En cuanto a la duración global de este periodo judío de los "Ultimos Tiempos" (que Daniel no da), es teóricamente de 2.592 años (o sea, 26 siglos en números redondos). Se trata, entiéndase bien, de la totalidad del periodo hasta el "fin de los Días", y no solamente de la duración de los cuatro "Reinos": Caldeo (un siglo), Persa (dos siglos), Griego (tres siglos) y Romano (cuatro siglos), cuyo conjunto representa el "Milenio pagano" al cual sucederá, con una intersección de alrededor de un siglo, el Milenio cristiano del Apocalipsis. El principio del Ciclo de Daniel (o período de los Ultimos Tiempos en la Tradición judía) se sitúa a principios del siglo sexto a.C., y, coincide así con el comienzo de la Historia clásica y se ve que su comienzo es más reciente que el de la "Raza de Hierro" de Hesíodo. Nos resta, en fin, hablar de la tradición cristiana: aquí, ninguna dificultad, puesto que según el Evangelio, los Ultimos Tiempos han comenzado con la Ascensión, cuando Cristo ha remontado al Cielo, y durarán hasta su Retomo, al "Fin de los Tiempos". Los primeros cristianos han creído por cierto, durante mucho tiempo, que ese Retomo del Cristo glorioso era inminente. Por el contrario, ciertos eruditos, e incluso teólogos, han rechazado este evento último de la vida de la Iglesia hacia un porvenir lejano, si no indefinible. La verdad, que puede deducirse de los textos escriturarios, y especialmente de la profecía evangélica relativa a la destrucción de Jerusalén, así como del Apocalipsis de san Juan, esta verdad es simple: la duración teórica de los "Ultimos Tiempos" sería, para los cristianos, de 2.000 años (o sea, del 30 al 2.030 aproximadamente). Estos 2.000 años representan pues el final de la Edad sombría hindú (o Edad de Hierro de los Latinos), y consecuentemente, del Manvantara todo entero.

En resumen, el próximo "Fin de los Tiempos" vendrá a clausurar (hacia el año 2.030 de nuestra era), no solamente los 2.000 años de historia de la Iglesia, sino también los 65 siglos de la Edad de Hierro y al mismo tiempo los 65 milenios (en números redondos) de la presente Humanidad; ¡pero eso no será el "Fin del Mundo”! Por otra parte, hay que saber que los períodos cada vez más cortos que representan los "Ultimos Tiempos" pueden subdividirse a su vez en fases secundarias, de modo que, poco a poco, lo que se puede aún llamar "Ultimos Tiempos" queda limitado hasta reducirse a algunas decenas de años.
El "Fin de los Tiempos" se situaría así, como acabo de decir, en los alrededores del año 2.030 de nuestra era, luego en un porvenir relativamente próximo: no se dejará sin duda de objetar, a este respecto, o bien que esta fecha es puramente imaginaria, o bien, al contrario, que se trata de un "secreto" que no habría debido ser desvelado.

Lo que puede responderse, es que esta fecha no es secreta desde hace mucho tiempo. Sin remontarnos hasta los Padres de la Iglesia que atribuían ya 2.000 años de vida a la Iglesia, haré notar que el "Fin de los Tiempos" ha sido anunciado muy claramente, explícitamente, en la "Profecía del Rey del Mundo" publicada por el escritor F. Ossendowski, en su libro "Bestias, Hombres y Dioses" (Ed. Plon, París, 1923). Esta profecía, de origen mongol, decía, en efecto esto: "en el año quincuagésimo (tras el 1891), solamente tres grandes Reinos aparecerán, que perdurarán durante 71 años. A continuación, habrá 18 años de guerras y de destrucciones. Entonces los pueblos de Agharti saldrán de sus cavernas subterráneas y aparecerán sobre la superficie de la tierra.

Ya que la última fase designa el "Fin de los Tiempos", se ve que la fecha de este sería:
1891+50+71+18=2030.

Por otro lado, la Profecía de los Papas, llamada de "san Malaquías", cuya clave numérica (basada sobre el número 111) ha sido encontrada por Raoul Auclair, daría: 1143+8 veces 111=2031.
Se puede concluir que tal es la fecha aproximada del "Fin de los Tiempos", y se convendrá en que es prodigiosamente optimista y que su divulgación no puede trastornar a nadie, ¡muy al contrario!

(Capítulo de: Gaston Georgel, Chronologie des Derniers Temps, Arché, Milán, 1986).

Otras obras del mismo autor:
Les Rythmes dans l'Histoire, Belfort, 1937; 2ª edición, Besançon, 1947; 3ª ed., Arché, Milán, 1981.
Les Quatre Ages de l'Humanité, Besançon, 1949; 2ª ed., Arché, Milán, 1976.
Le Cycle Judéo-Chrétien, Arché, Milán, 1983.

Aucun commentaire: